Reseña: 'Dolce Vita' de Amaral


Publicado el 7 de febrero de 2025, Dolce Vita es el noveno álbum de estudio de Amaral. Sigo al grupo desde Estrella de mar (2002), para mí su álbum más completo hasta la fecha. Esperaba este nuevo trabajo con ganas porque cuando te gusta un grupo, siempre tienes ganas de escuchar sus nuevos temas, pero es cierto que los últimos discos no me habían transmitido tanto como los primeros (maravillosos también Una pequeña parte del mundo y Pájaros en la cabeza); incluso en Salto al color hay alguna canción que me sobra y que tiendo a saltar cuando toca reproducirla en el disco. En este disco no me ha pasado: es un disco que se deja escuchar de principio a fin, no hay canciones que me sobren ni que sienta la necesidad de saltar por puro aburrimiento. Hay temas mejores y más flojos, como en todos los discos de todos los artistas, porque es un muy difícil hacer un disco completamente perfecto en el que todos los cortes mantengan el nivel.

El álbum abre con Libre, una canción que ya nos deja entrever el hilo argumental del disco, que se irá acentuando con el paso de las canciones, que tendrá su clímax en Dolce Vita y que culminará con Pájaros al final. Tal y como soy es el segundo corte del disco y la cosa va hacia arriba: va cogiendo ritmo, la letra engancha y debo decir, aunque esto no pueda apreciarse en el disco, que en directo mejora y mucho; de hecho, la canción no me decía tanto hasta que la disfruté en directo hace un par de semanas. La tercera canción es Ahí estás, que además fue de las primeras en publicarse como avance del disco; de nuevo letra pegadiza, buen ritmo, y referencias a distintos iconos culturales que la hacen permanecer en la memoria. Con No lo entiendo la cosa decae un poco, no tiene ya el brillo del segundo y tercer corte, un valle que continúa con Rompehielos, para mí sin duda la parte más aburrida del disco. El brillo vuelve a resurgir extraordinariamente con Eso que te vuela la cabeza, un tema eléctrico y con ritmo que, de nuevo, se disfruta mucho, pero muchísimo más, en directo; directamente te vuela la cabeza y no es broma, la energía que transmsite es brutal; para mí fue lo mejor del directo en que vi al grupo presentar este nuevo disco. La parte más reivindicativa del disco aparece con Podría haber sido yo y las referencias a Víctor Jara; debo decir que la primera vez que escuché el disco entendí «que suene tu voz victoriana», en lugar de «que suene tu voz, Víctor Jara»; ahí queda la anécdota.

En el ecuador del disco encontramos Viernes Santo, una canción cuya historia transcurre en Córdoba, como se dice desde el primer verso; hay constantes referencias a la ciudad: «entre pétalos de azahar pisoteados», «entre vírgenes, dolorosas»; cuando la presentaron en directo precisamente en esta ciudad, Eva dijo que la canción tenía una parte de verdad y una parte inventada y que fuésemos nosotros los que eligiésemos cuál era cada parte. En la novena pista encontramos la canción que da título a todo el disco, Dolce Vita, que es una inyección de energía y optimismo, aunque a mí me sobra el principio hablado de Eva y la parte casi al final donde en lugar de cantar, vuelve a hablar; me recuerda demasiado a Kamikaze, el tema que abrió el quinto disco Gato negro - Dragón rojo y que en su momento me pareció una mala elección como presentación; aun así, este nuevo tema es muy superior a Kamikaze. Podemos ver aquí cómo se continúa esa temática de la libertad que ya se proyectó al principio con el primer corte. En las estofas de Los demonios de fuego encontramos pura poesía, entremedias de la música tranquila que la acompaña; volviendo al quinto álbum, en cierta medida este tema me recuerda a De carne y hueso, del que muchas veces he reflexionado sobre la calidad de sus versos. Con En el centro de un tornado el nivel vuelve a bajar un poco, pero, claro, es que venimos del tema anterior que es lírica pura; probablemente este tema hubiese destacado más en otro lugar del disco, aunque solo por ese «robaperas» que meten merece la pena. Vamos ya por el duodécimo corte, titulado La suerte, en el que me pasa algo curioso: es un tema que va creciendo conforme avanza, porque empieza con una rima facilona («Ahora soy consciente / de que ha sido una suerte»), pero crece en los versos siguientes.

Hasta que la música se acabe nos va vislumbrando ya el final del disco y eso se nota con un tema sin mayores pretensiones que servir de transición entre los dos últimos cortes del disco: La unidad del dolor, penúltimo tema, que al principio no parece que te vaya a marcar, con ese piano y esa tranquilidad con la que empieza, pero que cada escucha que le hagas en el conjunto del disco lo hace más y mejor; salvando las distancias, le da un aire a Perdóname, pero no la canción de Amaral de (otra vez) Gato negro - Dragón rojo, sino de Lo que te conté mientras te hacías la dormida (2003) de La oreja de Van Gogh, un álbum que contiene quizá las canciones más tarareadas de la banda para los que no se han escuchado un disco completo del grupo en su vida, pero que también tiene canciones que nunca fueron singles y que solo conocemos los que hemos seguido al grupo en algún momento. Pájaros supone un cierre espectacular para un disco en sí mismo bastante redondo: es una oda a las aves de la naturaleza y así se encarga de enumeralos Eva: alondras, gorriones, mirlos, águilares reales, palomas, pinzones, ruiseñores, gavilanes... una oda, en definitiva, a la libertad de las aves, que vuelan por donde quieren que con absoluta libertad y que cierra esa temática iniciada con Libre y continuada con Dolce Vita y que tienen aquí un cierre brillante.

En resumidas cuentas, Amaral hace de Dolce Vita un disco completo, esto es, para escuchar entero, una canción tras otra. Evidentemente puedes picotear temas y añadirlos sueltos a tu lista de reproducción favorita, pero se disfruta muchísimo más escuchándolo en conjunto, algo que por lo menos yo no he visto en los discos publicados en los últimos años, con la excepción de El Madrileño (2021) de C. Tangana. Esto no pasa con Dolce Vita; es un disco que gusta desde el primer momento, que engancha y que con cada vuelta te encandila más y más. Poder decir esto es un gran logro para Amaral si tenemos en cuenta que este el noveno disco de su carrera, que la creatividad o las ganas de contar historias podía habérseles acabado hace mucho, pero nada más lejos de la realidad: con este disco demuestran que siguen al pie del cañón y que aún tienen mucha música que regalarnos.

Valoración: 9/10.

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