Búsquedas


Piensen cómo buscaba hace unos meses en Internet y cómo busca ahora: antes tecleaban en Google lo que querían, miraban unos enlaces, entraban, miraban lo que te interesaba, volvían atrás, miraban otro enlace, patatín, patatán. Ahora piense cómo se están realizando las búsquedas ahora: escriben lo que les interesa y la inteligencia artificial de Google les devuelve una respuesta elaborada basándose en unos cuantos sitios, algunos incluso en otro idioma que traduce directamente, para que no tengan que entrar en ningún lado y todo quede en casa. Fíjense en la búsqueda que he realizado arriba: pongo en Google «netflix ads plan chromecast», en referencia a que el plan más barato de Netflix con publicidad no te permite enviar contenido a un dispositivo Chromecast porque... bueno, porque a Netflix no le da gana. La respuesta que me devuelve el buscador se elabora directamente, en español, basándose principalmente en tres enlaces, que se ven a la derecha, de la página de soporte de la propia Netflix, los dos primeros en inglés traducidos automáticamente, y el tercero en español.

Esta búsqueda, realizada desde un ordenador, visualmente aún deja margen para navegar por unos cuantos resultados de la búsqueda como siempre, pero piensen ahora en su teléfono móvil: busquen cualquier cosa en Google, como hacen la mayoría de los españoles en este buscador por defecto, independientemente del sistema operativo móvil que utilicen, y comprueben cómo la respuesta elaborada por la IA de Google les llena completamente la pantalla dándoles una respuesta que seguramente le satisfaga, diluyendo la necesidad de mirar cualquier enlace como hace tan solo un año. Javier Pastor en su bitácora reflexionaba hace unas semanas sobre este fenómeno que está haciendo que la gente que vive de publicar en Internet vea mermados sus ingresos por publicidad y disminuido considerablemente el tráfico que reciben. Y entiendo su postura: como he dicho en otras ocasiones por aquí, yo no vivo de esto porque es cuaderno hablo de lo que me apetece, sin pretensiones, y que lo hago digital lo mismo que podría hacerlo en un bloc de papel, pero él, por ejemplificarlo en una persona de carne y hueso, sí tiene ingresos por su bitácora. Piensen ahora en grandes medios de comunicación que viven principalmente de la publicidad y que están viendo cómo sus ingresos caen porque ya no les llegan visitas del principal buscador, en un paralelismo muy parecido a lo que ocurrió hace unos años con Facebook, cuando dejó demandarles tráfico y les exigió que pagaran. Algunos podrán seguir viviendo de las suscripciones de sus lectores, pero la mayoría aún obtienen sus ingresos principalmente por la publicidad. En esta tesitura, les aseguro que muchos medios tendrán que cerrar o quizá abusar aún más del clickbait para que le llegue todo el tráfico posible por otros lares... porque imagínense a alguien queriendo pagar por las «noticias» del Huffington Compost o de OkDiario.

¿Ha muerto Internet tal y como la conocemos? Podría ser así si la mayoría cambia su modo de consultar Internet, como creo que está pensando. Veo a la gente que tengo a mi alrededor mirar algo en el móvil y darse por contento con la respuesta que le da la IA de Google. Yo soy más puritano y he encontrado un modo de eludir la respuesta de la IA de Google, al menos en la versión de escritorio: como utilizo Brave, que incluye bloqueador de publicidad, avisos de cookies y otros elementos indeseados, he descubierto que haciendo clic derecho para mostrar el menú contextual y pulsando en «bloquear elemento», puedo bloquear las respuestas que aparecen en el cajón de la IA en el dominio google.com, .es o lo que sea. Es una solución muy peregrina y en cuanto cambien la forma de mostrar los resultados, tendré que volver a hacerlo, pero al menos, mientras descubro otra manera de ser yo quién analiza los resultados como siempre, a mí me vale. Pruébenlo.

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