Con la elección del nuevo papa en la tarde de hoy, se ha vuelto a ver el músculo informativo de la radiotelevisión pública, con un directo de tres horas impecable. ¿Y saben qué? Esa es la RTVE que quiero, la RTVE que me hace sentir orgulloso.
No la de Belén Esteban y el circo de deshechos de Mediaset. La que debe ser y por la que no te dé rabia a la par que vergüenza pagar impuestos.
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